Así que no os he puesto al día de la transición de este año, y eso que hemos empezado el curso unos pocos días después de lo que lo hicimos en el 14-15...
Llegó la nueva hornada de preadolescentes, hicimos muy bien el reparto en los diferentes grupos y comenzó el curso sin más incidencia digna de mención que
el despiste generalizado de todos para encontrar las aulas, porque se las hemos cambiado respecto a otros años y se han perdido hasta los de 4º de ESO y los de Bachillerato... Para la próxima entrada al instituto pasaremos una semana adaptándonos al espacio y así evitaremos que ande todo el mundo buscando su clase
Entregamos a todo el alumnado que trajo sus deberes de verano un diploma-reconocimiento, como habíamos quedado en el Equipo de Transición. Y se ha renovado el debate sobre esta costumbre-necesidad-propuesta pedagógica.
Pero lo que más nos ha costado ha sido poner en marcha el acuerdo sobre cómo trabajar en el aula: ahora todo el profesorado de 1º da una calificación al trabajo de clase y al cuaderno, con lo que, con un poco más que se haga en el examen, se puede aprobar; y todos, excepto unos pocos, van con cuadernos troquelados, de los que arrancan las hojas trabajadas al finalizar el tema, y las colocan en una funda de plástico, que luego presentan al profesor para poder entrar al examen. Ha costado, ya digo, poner en marcha: pero ya se han acostumbrado y funciona bastante bien.
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